Declaración pública – Dr. Juan Carlos Pinzón Bueno

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He leído con detalle el comunicado de la Comisión de la Verdad, así como he observado la reacción de algunos líderes de opinión muy respetables, frente a un trino que publiqué desde mi cuenta personal hace unos días. He visto desde numerosos apoyos que adhieren a mi opinión, hasta criticas fuertes, y otras con mentiras, verdades a medias, e incluso algunas con lenguaje violento hacia mi desde sectores con posiciones de extrema.

Considero que ningún colombiano aspira volver al pasado, ciertamente yo no. Quiero que Colombia avance, progrese, y se reconcilie, pero está ocurriendo lo contrario, los más radicales e insensatos llaman a la desobediencia e incitan a la violencia, ven el acceso al poder como único objetivo y la destrucción de la democracia como la gran solución. Y entre personas sensatas, pero con posiciones diferentes, no hay conversación, hay agresión. Para el día de hoy el país está fracturado.

Como si fuera poco, no estamos en paz. El tema no es académico, ni de percepción política, es la realidad en las regiones. El Eln crece, de las Farc se desprendieron estructuras, hay disidencias de esa misma organización, y bandas criminales que con diversos nombres azotan a campesinos en las regiones. Las economías criminales del narcotráfico internacional, la minería criminal, y los intereses del régimen vecino, están agravando la situación día a día.

De otra parte, el país se encuentra en una coyuntura muy compleja. La realidad antes descrita, ahora está exacerbada por una pandemia global, que está dejando en Colombia no solo un gran reto a la salud y la vida, sino está quebrando las empresas, debilitando las finanzas públicas, elevando la percepción de inseguridad en las calles, y dejando a millones de personas desempleadas. Si no se construye un camino de reconciliación y una búsqueda de consensos con amplios sectores de la sociedad, los riesgos de movernos en reversa e incluso hacia un abismo crecen.

Para Colombia resulta de la mayor importancia que las instituciones que hacen parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición aporten a la reconciliación y la creación de una visión pluralista. No obstante, para diversos sectores de la sociedad estas son percibidas como instituciones que están al servicio de defender un Acuerdo que confiere beneficios para quienes con su actuar criminal dejaron victimas para siempre, sin representar el interés común de la sociedad.

Hay un segmento grande de colombianos que no se siente representado por las instituciones que creó el Acuerdo de La Habana. Es en ese sentido que mi mensaje es un llamado de atención sobre la necesaria corrección del rumbo. Una mayor representatividad, sería garantía.

Cuando se ha actuado contra el Estado, o se le ha dado reconocimiento a argumentos expresados por grupos armados, es muy difícil que resulte creíble la construcción de verdad y la aplicación de justicia para las víctimas de Farc, y para quienes actuaron a favor del Estado. Y de hecho hay que decir, aquí estamos como Nación es gracias a las victorias de las instituciones del Estado, que no dieron a las Farc otra alternativa que la negociación. Propiciar el debate enriquece dicho proceso en un sistema democrático, evitarlo es callar para aumentar el inconformismo y la inestabilidad.

En esa línea recomiendo ampliar con nuevos miembros la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, de forma que se garantice así el esclarecimiento de lo ocurrido, se promueva el reconocimiento de todas las víctimas, así como de las responsabilidades de quienes participaron y causaron daño.

En la tarde del jueves, antes de conocer el comunicado de la Comisión, acepté la invitación a conversar que me hiciera el Padre Francisco de Roux S.J. El sábado en horas de la tarde, nos reunimos. En un diálogo amable y franco, le expresé estas opiniones y otras. Le dije que en ningún caso puedo aceptar que se diga por parte de la Comisión que la vida de personas está en riesgo por mi opinión. En nuestra conversación escuché con mucho interés y atención al Padre, le reiteré mi compromiso de contribuir a que Colombia avance y le expresé que haber utilizado la palabra “nexos” tenía la intención de referir a nexos ideológicos o políticos. Respecto a la interpretación que le dio la Comisión, no dije que algún miembro de la comisión “…tenga cualquier nexo de pertenencia o subordinación o lealtad ante grupos armados”.

En lo que respecta a mi referencia sobre “afinidades”, ésta es el resultado de mi observación de algunas opiniones públicas y trayectorias de miembros de la Comisión que considero están alineadas con una de las partes que aspiran a que su visión de los hechos se convierta en la única verdad. En tal sentido me sostengo en que se aprecia un sesgo, que demanda que la Comisión encuentre mecanismos para resolverlo.

Valoro el compromiso con la reconciliación que expresa la Comisión y su rechazo a toda practica violenta e ilegal. No obstante, el consenso que demanda ese objetivo no va a lograr desarrollarse si no existe en el seno de la Comisión una conversación equilibrada, representativa y confiable que garantice una construcción de una memoria para la no repetición.

Aspiro a que mis planteamientos sean entendidos como los de una persona que quiere un país donde las ideas de todos sean toleradas y enriquezcan la deliberación pluralista. Mis opiniones no representan a ninguna institución o entidad con la que tenga alguna asociación profesional. Hacen parte de una reflexión personal que hago como ciudadano del común, con el único interés de que avancemos hacia un mejor futuro. Esa es mi opinión que seguiré expresando con firmeza, en la búsqueda de instituciones democráticas, fortalecidas en su legitimidad y capacidad.

https://pinzonbueno.com/declaracion-publica/

 

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