La tragedia de un héroe

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Brigadier general Farouk Yanine Diaz “el pacificador del Magdalena Medio”

Miembro de una familia árabe y de reconocida casta militar, Farouk era hijo de un soldado palestino que combatió junto a Lawrence de Arabia en la guerra del desierto, en la gran marcha entre Medina y Damasco. El padre llegó por accidente a Colombia, después de la toma de Damasco, porque el barco en el que viajaba para Chile y Perú, lo abandonó en Puerto Colombia. Termino en Gramalote (Norte de Santander), donde se caso con una mujer colombiana. De su unión nació en 1937, Farouk Yanine Diaz.

Había ingresado a los 18 años a la Escuela de Infantería para prestar servicio militar, pero se quedó 36 años. «Yo no soy tan frío como dicen algunos, yo soy una roca», dijo en algún momento de 1990. En 1959 hizo el curso de lancero, siendo parte de las primeras promociones del Ejercito.
Su título de ‘Pacificador del Magdalena’, que para bien o para mal se ganó durante su carrera militar, venía desde que fue comandante de la XIV Brigada con sede en Puerto Berrío, Antioquia, gracias a la violenta ofensiva que libró contra los seis frentes que las Farc tenían en esta región del país, complementada por su labor como comandante de la Segunda División, durante una época completamente dominada por grupos al margen de la ley. Como comandante de esta unidad había enfrentado duramente al ELN, que en la primera oportunidad pidió su cabeza como condición mínima para llegar a una tregua y cese del fuego.

Siempre trabajo de la mano de la población civil y de los grupos de autodefensas, por entonces legales, que formaban los campesinos para librarse de la guerrilla. El respaldo popular y su carisma le valieron el odio declarado de la izquierda, que siempre se esforzó por mostrarlo como artífice del paramilitarismo y de las masacres de los años ochenta.

Todas esas acciones llevaron a que más tarde fuera transferido como subjefe y después jefe de Estado Mayor Conjunto. Era considerado uno de los mejores oficiales de su generación, de su época y de su momento.
Entre 1989 y 1992 cuando ejerció como Inspector General de las Fuerzas Militares, Jefe del Estado Mayor del Ejército y Jefe del Estado Mayor Conjunto del Comando General las Fuerzas Militares, fue el artífice de la activación de las Brigadas Móviles Numero 1 y 2, destinadas a la lucha contraguerrilla y conformadas por los entonces llamados soldados voluntarios.

El general Yanine Díaz, al ritmo de «una fanfarria a cargo de la banda marcial», inauguró en Montería la primera brigada móvil del país. Los helicópteros y los aviones, a partir de entonces se convirtieron en un nuevo instrumento de guerra. Con ese poder de fuego, metió sus hombres en trochas reservadas por años a las botas pantaneras de los guerrilleros y a las pezuñas de las reses robadas que sacaban por ese corredor hacia Sucre. Le partió la columna vertebral al EPL y desalojo a las Farc del cerro murrucucú. A pesar de la jerarquía y honrando su reputación del más tropero de los generales siguió vistiendo traje de camuflaje, listo siempre para enfrentar la guerrilla.

Todas esas batallas contra la insurgencia fueron las que dieron pie a las gravísimas acusaciones que habrían de convertirse en la tragedia de su vida. Fue llamado a rendir indagatoria acusado de organización y promoción de grupos paramilitares; fiscales sin rostro tomaron su primera declaración durante una investigación formal, después de que un «confeso delincuente relató su participación directa en por lo menos 700 crímenes”.
Se retiró del Ejército por solicitud propia, cuando su situación militar se hizo insostenible en medio de la guerra jurídica alimentada por la guerrilla y sus simpatizantes, que encontraron en ella una forma para derrotar a los comandantes que los habían combatido.

El general Yanine murió de cáncer en agosto de 2009, cuando tenía 72 años. Esperaba su juicio. El mismo citaba al poeta de la antigua Roma, Publio Siro cuando decía: «¿Qué queda cuando se ha perdido el honor?”.

HONOR Y GLORIA

 

Tomado de facebook: El soldado

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5 respuestas

  1. Lo conocí en el área de operaciones y en la Escuela Militar. Tuve el inmenso honor, de que reconociera como amigo Para mi ,fue un ejemplo a seguir Lo admire y respete por el ejemplo que daba Un líder, que conducía y llevaba a la victoria Esposo ejemplar y padre inigualable Compartí muchas alegrías y también tristezas Se despojó de sus pompas de general y pidió que lo enterraran como un soldado con el uniforme camuflado Su recuerdo debiera estar plasmado en la Es cuela Militar, en altar sagrado de los héroes, que son reconocidos por sus acciones y respetado por todos su mirada reflejaba confianza por miraba a los ojos y no agachaba la cabeza Usted mi General, ilumina con su historia, la verdad, el honor, la valentia.la honestidad ,el respeto y todas las valores y virtudes de un militar Gracias mi General por el tiempo que lo pude acompañar

  2. Honor y gloria, soldados péguensen sus Cabos péguense a sus comandantes, que va a tener resultados un batallón con 15 días de víveres, de las frases que más recuerdo de este gran comandante, gran honor a ver podido trabajar con el y su hija soraya

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